La estatua original de la Sirenita de Edvard Eriksen en el puerto de Copenhague. Foto: Alamy
Una pequeña ciudad portuaria en el norte de Dinamarca se encontró en el centro de una batalla por derechos de autor después de que se le ordenó destruir una estatua de sirena acusada de ser demasiado similar a la famosa escultura de La Sirenita de Copenhague.
La sirena rival fue colocada en el puerto de Asaa en la costa noreste de la península de Jutlandia hace cuatro años y muestra una sirena en una roca que parece recién llegada del mar.
Pero los herederos de Edvard Eriksen, el artista danés-islandés que creó la versión de Copenhague en 1913, enviaron este mes una carta amenazante al alcalde local exigiendo que la obra sea retirada y destruida.
Y la nueva escultura de granito en el puerto de Asaa realizada por Palle Mork. Foto: Alamy
«Tengo que admitir que no pude evitar reírme un poco cuando recibí la solicitud. Una vaca es una vaca y una sirena es una sirena», dijo Mikael Klitgaard, alcalde del municipio de Bronderslev, a la emisora danesa TV2.
«No se puede patentar una especie entera y, por cierto, no creo que las dos sirenas sean iguales. La nuestra es más regordeta y tiene una cara completamente diferente».
Palle Mork, el artista que hizo la nueva sirena, desestimó cualquier afirmación de que modeló su trabajo en la estatua de Copenhague o que las dos esculturas tenían la misma pose.
«Bueno, ¿cómo diablos se supone que una sirena se sienta en una roca? No tiene piernas, sino aletas. No se puede tener una patente sobre las sirenas», le dijo a la emisora.
«No se ve igual en absoluto», agregó. «Mi sirena está hecha de granito y no de bronce, y es más del doble que la de Copenhague».
Los herederos de Eriksen son notoriamente estrictos en la aplicación de sus derechos de autor, a pesar de que el personaje de La Sirenita fue concebido por el escritor Hans Christian Andersen casi 80 años antes de la versión del escultor.
Los periódicos daneses Politiken y Berlingske fueron multados por usar una imagen de la escultura de la Sirenita sin permiso, y en 2009 los herederos exigieron una tarifa de licencia a la ciudad de Greenville, Michigan, que había erigido una estatua de sirena para celebrar su herencia danesa.
Sin embargo, hasta ahora la controversia solo ha beneficiado a la ciudad portuaria, según Thomas Nymann, presidente del consejo local.
«Cuanta más vida podamos tener en el puerto, mejor. No sé si usaría la palabra ‘boom’, pero el otro día había un autobús turístico de Korsor que quería ver la sirena». le dijo a la emisora estatal DR.
Los turistas posan para las fotos de la Sirenita en Copenhague. Foto: Alamy
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