El tablero es particularmente agradable a la vista, con el bisel revestido para los diales que se parece mucho al que se encuentra en el Porsche 911. No, en realidad, lo hace.
Y las herramientas que contiene también son geniales, con gráficos claros en agujas delicadas y negras. Es importante destacar que, al menos para mí, la pantalla de información y entretenimiento está idealmente colocada en la parte superior del tablero y es operada por un controlador giratorio ubicado en el túnel de transmisión, lo que facilita su uso en movimiento que la pantalla táctil habitual.
Si hay una rareza, es que los controles de calefacción y ventilación están ligeramente inclinados hacia el conductor y, en cambio, hacia el pasajero del asiento delantero. Sin embargo, no se pierde el kit, con una pantalla frontal, asientos con calefacción, faros LED adaptables, entrada sin llave y, bueno, la lista continúa. Es fácil ver por qué la lista de opciones es tan corta.
¿Y debajo del capó? Ya usamos el nuevo motor Skyactiv-X de Mazda (una unidad de gasolina que usa bujías de estilo diesel y encendido por compresión) en el 3, así que esta vez optamos por la unidad Skyactiv-G de 2.0 litros y 120 litros. CV, completo con desactivación de cilindros y sistema híbrido ligero de Mazda.
Esencialmente, esto se extiende a un poderoso generador de arranque que recolecta la energía perdida durante el frenado y la descarga en una batería compacta de 24 V, de la cual se puede usar para proporcionar una pequeña cantidad de llenado de par eléctrico a bajas velocidades del motor. Junto con este cuatro cilindros repleto de tecnología, hay una buena transmisión manual de seis velocidades a la antigua que transmite tracción a las ruedas delanteras (puede sentirse un poco resistente pero, como la mayoría de los crossovers, este Mazda está hecho únicamente para domar el asfalto).
Entonces, ¿cómo es conducir? Bueno, en estos tiempos limitados de movimiento, solo he conseguido poner unos kilómetros bajo las ruedas del CX-30 en las semanas desde que llegó, pero las impresiones iniciales son buenas. Mazda tiene una reputación ganada con mucho esfuerzo por ofrecer autos que son atractivos para conducir, e incluso en los primeros metros detrás del volante se puede decir que ha habido un intento decidido de infundir al CX-30 al menos una apariencia de MX. -espíritu. de 5.
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